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¿Fue el gobierno el promotor de los saqueos?

Por Zeus Munive / /

Y con perdón del lugar común, pero si camina como pato, grazna como pato, nada como pato y se hace pato es que es un integrante del gobierno de Peña Nieto.

No lo sabemos de cierto, nadie tiene las pruebas y los pelos de la burra en la mano para asegurar que fue el gobierno federal y el PRI quien organizó a un grupo de vándalos para ir a romper puertas y robar televisores, alcohol y despensas. Incluso tomar de la mano de compradores sus juguetes que llevaban para los Reyes Magos.

No obstante hay preguntas que quedaron sin aclarar:

¿Quién armó el pánico en twitter, Facebook y whatsapp?

¿Por qué los vándalos estaban perfectamente organizados?

¿Por qué amenazaron con el grito de ¡ahí vienen!, ¡ahí vienen!? Cuando nunca se supo quién venía y obligaron a los dueños de comercios a cerrar y bajar sus cortinas.

¿Por qué no se ha podido identificar más que a dos presuntos vándalos en redes sociales cuando hay más fotos de las caras de los criminales robando televisiones?

¿No les parece extraño que así como se creó una estrategia de miedo en Internet y redes, nadie en nuestras comunidades salió a defender a los vándalos? Nadie.

Y si no fui yo, ni usted, ni tú, ni mi vecino, ni mi vieja, ni nadie de mi familia, entonces ¿De dónde vinieron estos personajes?

No es la primera vez que el PRI organiza movilizaciones que intentan desestabilizar, les recuerdo un caso reciente: 2013. La ahora diputada federal Graciela Palomares encabezó una movilización al zócalo de la ciudad en contra de Antonio Gali Fallad, cuando era candidato a la alcaldía poblana.

Graciela Palomares, con dinero de la CTM, de Enrique Agüera y del PRI, acarreó a estudiantes y porros del estado de México para armar el borlote. Era, según ella, una movilización estudiantil porque Gali estaba en contra de la juventud. Incluso, Palomares ofendió y agredió a reporteros como a Viridiana Lozano, directora de este portal de noticias. Por ese hecho, Palomares se ganó el mote de “La Porrita”.

¿Cuántas veces nos hemos enterado que los priistas en días de elecciones tienen preparados grupos de choque para armar operativos?

Fue muy extraño que en los saqueos solo fueran a determinadas colonias de la ciudad y solo contra Oxxos, Bodegas Aurrerá, Chedrauis, tiendas Copel, Famsa y Elektras.

Si en algo nos caracterizamos los poblanos en ser muy apáticos, desunidos y desorganizados.

Suponiendo que los vándalos fueran poblanos, ¿por qué en la marcha multitudinaria contra Enrique Peña Nieto, el sábado pasado, no hubo desmanes? Tomando en cuenta que eran miles de personas que llenaron el zócalo con consignas de “¡Fuera Peña Nieto!” y los ya cada vez más comunes “¡Renuncia ya!”.

Es curioso ¿no?

Si fue una estrategia del PRI y del Gobierno Federal, falló. Quizá sí generaron pánico y psicosis social, en eso sí les salió bien, pero les salió mal porque la consigna generalizada en redes sociales y charlas de café es que fue causado por el partido en el gobierno.

Se ha querido decir que fue la izquierda o que tuvo la mano de Morena, versión que suena poco creíble, o acusar a la administración estatal, pues Moreno Valle tiene un proyecto presidencial y no va a arriesgarse a perder sus bonos generando violencia en el estado que él gobierna.

Además, los actos vandálicos no solo fueron en Puebla, sino en varios estados del país. En la especie de que fuese una facción de la izquierda, se caería porque los anarquistas no roban o saquean tiendas, los anarquistas, que sí existen, ellos destruyen y hacen pintas. No atacan de manera directa a los ciudadanos.

Es un hecho, Peña Nieto y el partido que representa están en los suelos por el gasolinazo. Medida apoyada también por varios diputados federales y senadores del PAN.

Lograron meter pánico y desviar la atención. Usaron a aquellos que siempre se han dejado comprar con patallas de Sedesol, tinacos, dinero y despensas en tiempos electorales.

No podemos afirmar que los saqueadores eran priistas, no porque carecemos de pruebas, pero algo es claro: si camina como pato, nada como pato…

Después de todo, ante una crisis de credibilidad por los altos niveles de corrupción, ¿ustedes qué harían?

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