El arbitraje sentó un precedente histórico en el futbol

Los árbitros se organizaron -a diferencia de los futbolistas- para dar una llamarada de alerta sobre la impunidad que gobierna al balompié azteca.

Desde el chiste llamado Comisión Disciplinaria, hasta un empresario improvisado como directivo de futbol y que ahora busca hacer sus pininos con la batuta del arbitraje (Héctor González Iñárritu), son claro ejemplo de la ineptitud que gobierna en la Federación, la cual sigue viviendo bajo el yugo de los dueños de futbol.

Sí, aquellos que tienen su televisora en San Ángel y Chapultepec en la capital del país, y quienes dan las órdenes de acuerdo con sus intereses. Esos mismos que ahora se quejan de la multipropiedad olvidando que hasta hace unos años poseían al América, Necaxa y San Luis al mismo tiempo en Primera División.

No nos hagamos tontos. Las ridículas sanciones para Aguilar y Triverio fueron únicamente la gota que derramó el vaso para que alguien buscara poner un alto.

El constante incumplimiento de sus derechos, malos manejos de los altos mandos, y la falta de autonomía que tienen, fueron los detonantes reales para que los silbantes encabezaran esta protesta.

Es cierto que el arbitraje mexicano pasa por una severa crisis y que durante este torneo se han cometido errores garrafales.

Pero el árbitro es la ley en el futbol y sea bajo las circunstancias que sea, se le tiene que dar cumplimiento y respeto, algo de lo que en prácticamente cualquier ámbito, la sociedad mexicana hace caso omiso.

Habrá que esperar a ver en qué termina esta novela, pues todo parece indicar que hasta el momento las negociaciones se mantienen estancadas.

Y para ser honestos, dudo que la Femexfut cumpla la solicitud inmediata de los silbantes que exigen un año de suspensión sobre todo para el jugador americanista, lo cual implicaría otro papelón en su interminable lista de ridículos. 

Muchos hablan de que esto viene a perjudicar al futbol mexicano, pero en mi opinión, es de aplaudir que alguien decida alzar la voz.

Ojo, que esta rebelión deberá ser bien encauzada para que rinda los frutos debidos, pues de lo contrario, podría quedar solamente en el anecdotario para el olvido.

Hasta aquí, los Apuntes del DT.