Cruz Azul debe olvidarse de la liguilla y preocuparse por no descender

Lo de Cruz Azul solo tiene una definición: VER-GON-ZO-SO.

Antes La Máquina era el hazme reír del futbol mexicano por su falta de capacidad para ganar las finales a las que accedía, en torneos nacionales e internacionales.

Ahora, ya ni a eso llegan. Son más de dos años en los que la afición celeste no ha visto a su equipo en una liguilla, y peor aún, están metidos en la peor crisis de las últimas dos décadas, peleando incluso por no descender.

Son 10 puntos los que separan en este momento a Cruz Azul de Monarcas Morelia, último lugar de la tabla de cocientes.

Dudo que en mayo desciendan, es más, creo que es improbable.

Sin embargo, hay algo que dentro de toda la estructura putrefacta que tiene este histórico conjunto en sus entrañas directivas, debería de ser la principal preocupación más que meterse a la próxima liguilla: cimentar un proyecto serio que por fin tenga afinadas las bujías y eche a andar a esta Máquina.

Lo de Paco Jémez es un espejismo más. Dejemos el discurso barato de que es un técnico ofensivo que hace jugar bien a sus equipos.

Hasta el momento, lo que ha demostrado durante ocho fechas en México ha sido un desorden táctico impecable, una defensa de cartón, y un sistema ofensivo inoperante.

Así es el Cruz Azul de Jémez, el más claro reflejo de lo que fue su andar en el Rayo Vallecano y el Granada en España, con más pena que gloria.

Hay veces que cuando no se dan los resultados, el índice que permite saber si se le debe dar continuidad a un entrenador es el progreso semana a semana, pero los celestes van de mal en peor.

Hasta aquí, los Apuntes del DT.