El asentamiento vikingo de Jórvik, en Inglaterra, descubierto en 1972, se convirtió en un museo donde se exhiben las armas, joyas, monedas y herramientas de los integrantes de este pueblo, e incluso el excremento humano más grande que conoce la historia.
Pero ¿por qué conservar popó?
Verán, con 50 centímetros de largo y 5 de ancho, el excremento fosilizado representa las costumbres alimenticias de los vikingos, quienes no comían frutas ni verduras, lo que explica el tamaño.
Además, se encontraron cientos de huevos de gusanos que demuestran la poco higiene que tenía aquella sociedad. Lo cierto es que la popó tiene un valor de 39 mil dólares (741 mil pesos) por tratarse de una sustancia "irremplazable como las joyas de la Corona".
