Pocas cosas nos causan tantos traumas de niños e impiden que de adultos nos desenvolvamos con éxito en la sociedad: los payasos, el coco y la chancla voladora de nuestras madres. Esta adolescente de 17 años del municipio de Tehuacán, en Puebla, consciente de lo estricto de su mamá, prefirió llamar a la policía y reconocer ante los señores “justicia” que había reprobado el bachiller antes de enfrentar la tunda de su progenitora.
El insólito hecho que se registró el martes pasado. Los policías municipales no daban cuenta de lo que estaban escuchando y viendo, pues en lugar de andar patrullando las calles, que está por demás decir son bastante inseguras, trataban de calmar los ánimos entre madre e hija.
La muchachita doblemente irresponsable —por reprobar y llamar a la policía— dijo que se habían metido a robar al negocio de su mamá, ubicado en el centro de la ciudad, pero cuando llegaron los uniformados encontraron a la niña llorando, quien les explicó que en realidad había pedido su auxilio porque reprobó el ciclo escolar y quería evitar que su mamá le estampara la chancla voladora.
Pero la niña de 17 años aplicó la de “Más vale pedir perdón que pedir permiso”, pues pasó todas las vacaciones de verano en la juerga, divirtiéndose y echando la flojera, en lugar de decirle a su mamá que había reprobado y no podía pasar de año.
Finalmente, la señora aseguró a los policías que no la castigaría, la reprendería ni la pondría a trabajar, por lo que les dijo que se fueran despreocupados.