Todo comenzó hace treinta años, cuando un grupo de académicos llegó a la conclusión de que el cine español merecía, como el de otras nacionalidades, tener sus propios premios. En marzo de 1987, en el Teatro Lope de Vega, situado en la Gran Vía, se celebraban los Premios Goya, unos galardones en los que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España reconocía el trabajo que rodea el séptimo arte.
Con el paso de los años han variado las localizaciones, el número de categorías en las que son nominados los artistas y los Premios se han transformado en una suerte de pasarela, en la que las actrices españolas lucen los mejores vestidos de los diseñadores más deseados del panorama nacional e internacional. Quedan apenas días para la gala y todo son pruebas, encargos y prisas. El estilista Pepe Reyes, encargado en esta edición del showroom que la Academia pone a disposición de los nominados y entregadores de premios, nos recibe en medio de una de esas jornadas infinitas.
Hace tiempo que empezaron con los preparativos y este año, gracias a que las nominaciones salieron antes de las fiestas navideñas, han contado con algo más de margen. Primero se elaboran las listas de los entregadores de premio y de los que participarán en el tradicional número musical de la gala, después se ofrecen los servicios del showroom. “Lo montamos con firmas y diseñadores españoles. Ya que es la noche del cine español, ¿por qué no reivindicar la moda española?”, explica Pepe Reyes. Así, mientras diseñadores como Juan Duyos, Ángeles Schlesser, Roberto Verino, Pedro del Hierro, Alejandro Postigo o Antonio García ceden buena parte de sus colecciones a la Academia, otros se ofrecen a crear un vestido exclusivo para que alguna de las nominadas luzca sobre la alfombra roja.
A lo largo de estos treinta años de Premios, ha habido una fuerte evolución en el peso que tiene el vestuario de una noche tan especial como la de los Goya. Antes eran las propias actrices, asesoradas por amigos, jefes de presa o representantes, las que elegían todos los detalles de su look. “Ahora hay detrás de ellas una verdadera profesión que es la de los estilistas de celebrities. Son ellos los que marcan el look, lo estudian y lo cuidan al detalle”, añade Reyes.
Víctor Blanco es uno de los estilistas españoles más jóvenes en entrar en este reducido círculo. Natural de Barcelona pero con el corazón un poco albaceteño, Blanco es el encargado de vestir para esta edición a la modelo Nieves Álvarez y las actrices Silvia Abascal, Candela Serrat y Celia Freijeiro. Es posible que alguna chica más contacte con él para que la vista, pero en el momento de nuestra entrevista solo han confirmado ellas.
Nuestra conversación transcurre en el estudio que el estilista tiene en Madrid. Estamos a escasos metros de los vestidos que llevarán las actrices a la gala, pero él guarda el secreto aunque da pequeñas pistas sobre los looks. Nos cuenta que el vestido de Nieves Álvarez es de un color muy especial, que realzará su piel y que lo firma Georges Chakra Alta Costura. El de Silvia tiene su propia historia. “Es un diseño de alta costura de Elie Saab que vi hace un par de años en un desfile. Lo teníamos preparado para la pasada edición de los Goya, pero por motivos de trabajo Silvia no pudo asistir a la ceremonia. Este año, cuando confirmó su asistencia lo tuvimos claro y elegimos ese mismo modelo”, explica Blanco mientras adelanta que será la primera vez que una actriz española, a excepción de Goya Toledo, lucirá una creación de alta costura del diseñador libanés en estos Premios.
Víctor Blanco tiene que claro que no se puede ocultar la personalidad de las mujeres, tampoco maquillarla o disfrazarla, solo potenciarla y hacer que en una noche como la de los Goya –en la que las inseguridades pueden brotar más que nunca– se sientan a gusto con el look. Deben ser capaces de defender su estilismo ante los focos y destacar en una pasarela llena mujeres que buscan eclipsar. Una opinión con la que coincide totalmente Inma Barandica, estilista encargada de aconsejar, como amiga, a Manuela Velasco. Su modo de trabajar es distinto al de Víctor Blanco. Ella elige el estilismo de la actriz en función de cómo se sienta y de la imagen que desee proyectar.
Después de su salto al teatro, Manuela Velasco está explorando otra faceta diferente de su vida: la música. Se encuentra en una etapa artística muy enriquecedora, apostando por proyectos nuevos, en constante evolución. Tal vez por eso no encuentran nada que se adapte a la imagen que Manuela quiere mostrar esa noche. “Queremos algo de manga larga, tejidos blandos o con transparencias. En las últimas ediciones ha ido de plata, de dorado, pero es una mujer muy alegre, pide un color fuerte. A veces somos tan quisquillosas con lo que nos gusta que hay que crearlo”, nos explica.
Su visita al showroom de la Academia coincide con la nuestra, y más que a mirar las propuestas que aguardan en perchas a que alguien las elija, Inma Barandica quiere explorar la posibilidad de que algún diseñador cree esa pieza exclusiva para Manuela, uno que represente este momento de su carrera, que los enriquezca a ambos y que se cree, como ella dice, “un arte”.
Un arte que surge de semanas de duro trabajo, esfuerzo y algo de suerte, nos explica el estilista José Juan Rodríguez. Él y Paco Casado serán los encargados de vestir este año a actrices como Irene Escolar, Nerea Barrios, Bárbara Lennie y Cayetana Guillén Cuervo. “Para esta ocasión hemos elegido tejidos ligeros, cortes muy limpios, pocos volúmenes y algo de desnudez”.
Nos adelanta que los tonos rosas, blanco, nude y metalizados envolverán los cuerpos de estas mujeres en la noche del cine español. Una cita para la que han trabajado tanto con diseñadores nacionales como internacionales, entre los que destacan Oscar de la Renta, Gucci, Carolina Herrera, Dior, Lorenzo Caprile, Sybilla o Stella Mcartney. “Intentamos vestir el cuerpo de cada actriz destacando lo más bonito que tengan”, apunta José Juan Rodríguez, consciente de que, además del vestido, las joyas, el maquillaje o el peinado, tienen el poder de realzar o estropear un look.
La firma de joyería Carrera y Carrera siempre ha estado muy ligada al mundo del arte y del espectáculo. Por eso, en 2010, propusieron a la Academia ser patrocinadores de la gala y convertirse en los anfitriones de la fiesta La maja de los Goya, premiando a la mujer más elegante con una sortija con forma de palomita de maíz valorada en 24.000 euros. Sara Márquez, Head of Global Communications & International Brand Manager de la marca, explica que en diciembre se pusieron en contacto con un buen número de estilistas para mostrarles los tesoros de su colección. “Cada año, intento ofrecer piezas nuevas, inéditas en España. Son diseños que, aunque producimos en nuestro taller de Madrid, enviamos directamente a nuestras boutiques de Oriente Medio, China o Rusia”.
Este año la firma celebra su 130 aniversario, y Sara Márquez nos indica que las joyas que se lucirán sobre la alfombra roja, aunque no puede desvelarnos quien las llevará, estarán llenas de contrastes. “Carrera y Carrera celebrará su aniversario sacando a la luz piezas creadas en 1950 que resultan hoy por hoy realmente modernas. Desde luego, lo que puedo adelantar, es que las joyas no nos dejaran indiferentes”.
¿Y en peluquería?
“Cada vez están más de moda los cabellos aparentemente poco trabajados: recogidos bajos, coletas, trenzados, ondas muy rotas… cabellos llenos de textura”, apunta Jesús de Paula, estilista de ghd. Nos explica que la moda de la pasarela trasciende, y define cómo van a ser los peinados que las actrices lucirán en la alfombra roja. Aunque de momento no hay nada claro.
Jesús de Paula suele tener algunas ideas claras, muchas imágenes de referencia en su teléfono móvil, pero siempre termina improvisando. Explica que al ver a las actrices maquilladas y vestidas es más que probable que el peinado pensado no resulte el más adecuado. “A veces hay que preparar algo más sencillo porque con el vestido y las joyas resultaría demasiado sobrecargado. En otras ocasiones es justo lo contrario”.
No se trata de buscar un estilo claro para el look, sino de encontrar un hilo conductor, elementos que funcionen juntos, llamen la atención, favorezcan, definan a la actriz y se complementen. El verdadero arte radica en saber conjugarlos.
