Si el hecho de viajar con contratiempos no fuera suficiente para acabar agotado al final del viaje, hay que sumarle la larga lista de personajes de toda índole que nos encontramos durante el trayecto.
1.- El cronometrador. Viajar con ellos es viajar con un reloj con segundero, lo tienen todo controlado y un mínimo retraso al despegar o a la vuelta del servicio pueden llegar a desquiciarle. También a ti de oírle.
2.- El miedoso. Da igual que sea en un avión, un barco, bicicleta o coche teledirigido, siempre habrá algún cagueta que te hará suplicar y mendigar por un asiento a ciento de kilómetros de él.
3.- ¿Viajar oliendo a alcohol? Y no por las copas que llevas encima sino por las que se ha tomado tu compañero de asiento. Siempre es algo insufrible.
4.- Niños inquietos. Un viaje no es un viaje sin unos niños dando la tabarra y unos inservibles padres que no saben parar los pies a esos pequeños monstruitos.
5.- Igual de desquiciante es llevar enfrente a la que parece una pareja de recién casados, esto es, los típicos empalagosos de toda la vida. Beso va, beso viene. Ventosa va, ventosa viene.
6.- Podemos llamarlo ligón o velociraptor que no deja de tirar fichas a toda chica guapa que pase por su lado, indiscriminadamente.
7.- Pero lo peor llega cuando nos toca soportar al que ha decidido viajar tan ligero de ropa que le puedes intuir las entrañas. ¡Uno nunca sabe a dónde mirar!
8.- No, esos morritos no te los está poniendo a ti. Se los pone a la cámara frontal de su móvil porque ha decidido que ese viaje de dos horas y medio es buen momento para hacerse selfies.
9.- Está buscando wifi y no lo encuentra y por eso se mueve de un lado para otro. Ordenadores, tablets, móviles, y tú sin poder echar una cabezada tranquilo.
10.- ¿Y el que no para de hablar? Todo el mundo está callado pero ese tipo no para de hablar y tú eres su presa.