Tuesday, 16 de April de 2024

El próximo reto entre Tony y Blanca: el del elote con el taladro

Por Selene Rios Andraca / /

Entre los calores, mis medicamentos, mi maldita tos y los agarrones entre los priistas y los panistas, nomás no deja de sudarme la mollera en todo el santo pinche día. De pronto me escurre una gota de sudor por la nuca, de repente por la frente,a ratos mi cabello está goteando y a veces, soy una treintañera embestida por los bochornos de una menopausia precoz.

Tendría menos calores si los equipos de campaña de Blanca Alcalá y de Tony Gali dejaran de lanzar ocurrenciasy desvaríos sin misericordia todo el santo pinche día. Llevamos dos semanas de campaña comiendo palomitas frente a las noticias, esperando a ver quién chingados reta a quién por su afición a algún estupefaciente, droga, producto sicotrópico o similar.

La mera verdad es que yo quisiera ser como algunas personas que tengo en el Facebook que están más preocupadasporque el Cruz Azul hizo llorar a unas muchachas bien chistosas, porque Belinda hizo berrinche cuando le pidieron “El Sapito” (ya sé que suena a albur) y porque ahora venden los esquites en bolsas de Tostitos y le echan harta mayonesa al asunto, en vez de estar con el Jesús en la boca porque el tal Jesús Giles llegó a los laboratorios a hacerse el antidoping y Jorge snif Estefan snif Chidiac no salió de su madriguera, o porque a Pablo Rodríguez Regordosa le amaneció muy temprano y encontró los laboratorios cerrados para hacerse el antidoping. (Claro era cuestión de que se esperara un ratito para que abrieran, en fin).

El caso es que habiendo cosas más importantes en este mundo, como la discusión sobre la legalización de la marihuana para uso medicinal (alabado sea el Señor), la postulación de Donald Trump, el desgarriate en el triángulo rojo de Puebla por el robo de combustible de parte de la delincuencia organizada o el arranque de la sexta temporada de Game of Trones, los equipos de campaña de los punteros Tony Gali y Blanca Alcalá están más concentrados en el antidoping ajeno. Ay no.

La única responsable de que la quinta y la sexta semana de la campaña se haya ido en debatir sobre el antidoping, a qué político le urge, a quién le asentaría mejor y a quién lo dejará muy mal parado, es Blanca Alcalá, ella lanzó la primera piedra contra Tony Gali, sus hijos, sus vecinos, sus amigos de la infancia, sus conocidos, sus ex novias, sus compañeros de secundaria y sus vecinos en la época de bachiller. Y lo peor es que Blanca, a una semana de haber lanzado el  fucking reto, no se ha tomado un día para hacerse los análisis. Pero ese tampoco es el tema.

En lugar de que la campaña gire en torno a argumentos de voto o de castigo, estamos ante un escenario propiciado por los punteros de puro desmadre. Nomás falta que ambos equipos de campaña empiecen a levantarse la falda para verse los calzones, a jalarse las trenzas o a pegarle una papeleta en la espalda que diga: soy un pendejo, patéame.

El lunes pasado, el líder panista Jesús Giles (creo que así se llama) se apersonó en los laboratorios para esperar a su homólogo priista, Jorge snif Estefan snif Chidiac, quien por supuesto no llegó al lugar ni pensaba llegar ni llegaría nunca. Hasta ahí el show me parece intrascendente. El desmadre comenzó a las pocas horas.

El segundo en levantar la mano fue Pablo Rodríguez Regordosa. Ay no por favor, denme un tiro. ¿Y ese señor qué diablos tiene que ver en el asunto? Diría Jorge snif  Estefan: ¿Quién es Pablo Rodríguez y por qué no está sirviéndole un café a Moreno Valle?

La locura creció. Horas más tarde, el líder priista Jorge snif Estefan snif Chidiac retó, como si fuera esto el siglo XVI,a Rafael Moreno Valle y a su esposa Martha Erika para hacerse la prueba del antidoping esta mañana.

#Plop.

El optimismo de los equipos de campaña de los punteros sobre el antidoping se está desperdiciando. Con esa misma enjundia, Pablo Rodríguez, Jesús Giles, Jorge Estefan, Alejandro Armenta, Rocío García Olmedo, Genoveva Huerta y demás deberían presentar su 3 de 3: su declaración patrimonial,  de intereses y fiscal.

De Pablo Rodríguez, sus vicios me tienen sin cuidado. Me interesaría saber cuánto dinero tiene, dónde está su nueva casa recién adquirida, cuánto cuesta su nueva residencia, cuál es su negocio, quiénes son sus clientes, cuánto creció su patrimonio desde que inició este sexenio, no si le entra a la mota, a la coca  o a las metanfetaminas.

De Jorge Estefan Chidiac sus vicios también me valen un cacahuate. De él quiero saber cuánto cuesta su residencia, cuáles son sus negocios, cuántos negocios tiene, a cuánto asciende su fortuna, qué tipo de intereses tiene con qué empresas, cuánto dinero ha hecho desde el sexenio blartlista hasta la fecha y cuánto ha pagado de impuestos. Sus adicciones no me son tan relevantes.

De Jesús Giles, Genobaby Huerta y demás colados al estúpido reto del antidoping, que saquen sus cartas más importantes: su patrimonio, sus intereses y su pago de impuestos. Ya lo dijo Zeus Munive: “No es importante lo que se meten, sino lo que sacan”.

Si la tendencia del #Antidopingchallenge continúa, los equipos de los punteros estarán trenzados la próxima semana en el reto de comerse el elote con un taladro. Quizá eso sería más divertido y entretenido, pero al final no abona a la campaña ni jala votos.

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Quiero pensar que el candidato de Sigamos Avanzando, Tony Gali va a presentar su #3de3 en las próximas horas con el objetivo de desactivar los chanclazos en el debate del jueves o a ver qué cosa se inventa para sortear las críticas de los demás candidatos, o al menos de Blanca Alcalá, por hacerse guaje con su #3de3.

En la sexta semana de campaña, los poblanos y los colados somos testigos de que la disputa por la gubernatura está en segundo plano, ya que nuestros punteros están hechos pelotas: Blanca debió presentar su antidoping hace una semana y Tony Gali lleva un retraso considerable de su #3de3.

Mientras tanto, los candidatos del final de la tabla, Roxy Luna, Ana Tere Aranda y Abraham Quiroz continúan captando los votos que caen desde el Olimpo que Tony y Blanca tiran a diario sin darse cuenta.

Queda.   

  

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