Tuesday, 23 de April de 2024

Narcotráfico, el cuento de nunca acabar

Por Daniel Fajardo Patrón / /

Tras la detención de uno de los supuestos líderes del cártel de los Beltrán Leyva, Francisco Javier Hernández Hereida, y que el gobierno anunciara que la cacería, que seguramente concluirá al final del sexenio con la detención de todos los que aparecen en la lista, con más tintes electorales que por efectividad, sigue su rumbo, el fin de esta guerra parece un cuento de nunca acabar, al grado que cada vez los televidentes valoran con menos entusiasmo las detenciones que se presentan como un logro del gobierno federal.

Narcotráfico, ¿Un elemento cultural que deba desaparecer?

La pregunta queda en el aire acerca de que si en verdad algún día se podrá ganar esta batalla o si realmente es una guerra sin sentido.

La pugna contra el narcotráfico alcanzó un nivel mediático en el sexenio de Felipe Calderón quien incluyó este tema en la agenda de todos los mexicanos al hacer públicas las detenciones y operativos que la Secretaría de Marina y otras dependencias hacían a lo largo del territorio nacional, por su parte los narcotraficantes, vieron en los medios una excelente oportunidad para mostrar su auténtico poderío territorial y la supremacía sobre autoridades estatales en diversas regiones, finalmente, los mismos medios encontraron una excelente área de oportunidad comercializando esta guerra creando contenidos de entretenimiento que novelizan esta crisis social.

Aun cuando se logrará la detención de todos los que aparecen en la lista negra del gobierno federal, ¿realmente se podrá erradicar? Al convertirse en un elemento cultural en nuestra sociedad, la campaña deberá sin duda acompañarse de una reivindicación del concepto delincuencia y trabajar con la peligrosa aceptación que muchos niños, por señalar tan solo uno de los sectores más afectados, tienen a ese modelo de vida y quienes ahora, deslumbrados por las noticias y contenidos televisivos donde se presenta a estos como un modelo de vida exitoso, muchos infantes (y no tanto) fortalecen sus deseos de imitación para tal estilo de vida.

Cambiar las armas por los valores

Una de las jugadas más estratégicas en contra de la delincuencia organizada y que generó todo un cambio cultural fue la legalización del alcohol por el presidente Roosevelt en Estados Unidos; lo que en un inicio comenzó como un proyecto para proteger a la sociedad americana con la llamada Ley Seca, obligó al gobierno a diseñar un mecanismo diferente que permitiera acabar con las mafias que se habían generado en la clandestinidad y que comercializaban el producto.

Lo que pudo ser una enorme crisis social  se volvió un área de oportunidad promoviendo, a través de campañas sociales, el consumo responsable del producto, colaborar a través de diversos programas para que desde las escuelas y casa se trabajaran valores que fomentaran la responsabilidad e inclusive limitar la compra a un mínimo de edad.

¿Sería éste un modelo viable para combatir el narcotráfico en nuestro país?

Como tal, un comparativo es arriesgado sobre todo en la parte de un medio formal para controlar el tránsito de drogas de manera legal y pese a que esta idea se ha expuesto en otros espacios como una alternativa viable, mi argumento no va dirigido hacia la parte de la legalización sino en la perspectiva del valor.

Vemos que se anuncia la detención de algún líder de cualquier cártel y a los pocos minutos ya hay un segundo que ocupa el lugar del primero, durante años hemos visto al gobierno actuar de esta manera sin poder cambiar el resultado. Lo lógico sería buscar cambiar la fórmula y sería muy interesante que parte del dinero que se destina para combatir al narcotráfico se empleara en campañas bien diseñadas, no como las que actualmente tenemos tibiamente en medios de comunicación que parece solo buscan cumplir el requisito, combatir el consumo en la mente del consumidor.

Es una apuesta arriesgada, pero también una idea diferente, hemos visto como otros males sociales en nuestro país se han combatido con éxito, el consumo irresponsable de la droga conduce a la muerte y este argumento, presentado en un plan estructurado, podría quizás ser un frente bastante efectivo en la lucha para combatir el consumo en nuestro país.

 

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