Cuando algo es tremendamente cutre llega un punto en el que se da la vuelta y pasa a convertirse en algo guay. Frecuentemente podemos apreciar este fenómeno en bares "con solera" y camisas estampadas de los ochenta, por poner un par de ejemplos.
Si tuvieramos que elegir a una sola persona como máximo exponente del ennoblecimento del cutrerío en Internet, sin duda ese nombre sería Anucha "Cha" Saengchart, el creador de la página de Facebook Lowcost Cosplay.
Saengchart tiene 25 años y vive en Bangkok, Tailandia.
Profesionalmente se dedica a cuidar personas mayores, pero en su tiempo libre es el mejor-peor cosplayer del mundo.
La gente que se dedica al Cosplay se lo suele tomar MUY en serio. Segun el Wall Street Journal, solo en Japón la industria del Cosplay mueve 330$ millones al año. Los aficionados se dejan auténticos dinerales e invierten muchísimas horas tratando de alcanzar la perfección.
Saengchart se pasa todas las normas del cosplay por el forro y recrea personajes de anime, de Disney y de películas de acción americanas usando solo cacharros que tiene por casa. ¿El resultado? Una mierda. Una mierda maravillosa.
Anucha es como un Mortadelo-MacGyver de los disfraces. Con una toallas, un par de bolsas de plástico, alguna esponja y mucha harina le basta y le sobra para transformarse en lo que sea.
Los resultados son tan penosos que son brillantes.
Puede transformarse en cualquier princesa Disney.
O en una villana.
En personajes de anime.
E incluso en comida. Por ejemplo un Cornetto.
Una botella de refresco.
Y zumo.
Lo mejor es que con su proyecto Lowcost Cosplay Saengchart ha hecho que sus seguidores se animen a intentarlo en casa. Sus cutredisfraces tampoco tienen desperdicio.
