Alguna clase de agresión sexual, sicológica o verbal sufrió casi la mitad de las mujeres que llegaron a la estación migratoria de Puebla el año pasado, mientras que un tercio de los hombres padeció situaciones de violencia, según lo revela el informe elaborado por la organización Insyde sobre los centros operados por el Instituto Nacional de Migración (INM) en la entidad, Iztapalapa y Saltillo.
Entre las violaciones a derechos humanos sufridas por los inmigrantes centro o sudamericanos destacan casos de acoso y abuso sexual por parte de los propios agentes de seguridad, la mala atención a las mujeres embarazadas, los golpes e incluso el robo de sus pertenencias.
Mujeres, las más vulnerables
En el análisis del Observatorio Migrante del Instituto para la Seguridad y la Democracia AC (Insyde) fue elaborado a base de 9 visitas y 33 entrevistas realizadas por investigadores y académicos de julio a diciembre de 2013, previa autorización de la Dirección de Estaciones Migratorias del INM, organismo a cargo del poblano Ardelio Vargas Fosado.
De los resultados obtenidos, se devela que padeció agresiones el 45 por ciento de las mujeres migrantes que llegaron a las instalaciones de la colonia Chapultepec de Puebla, casi el doble de lo que sus connacionales varones han sufrido (27 por ciento).
De acuerdo con el testimonio de un hombre guatemalteco de 46 años, cuya identidad se omite para el informe, es durante los fines de semana, cuando no están los oficiales de migración, que los elementos de seguridad abusan sexualmente de las mujeres detenidas en ese sitio.
Además de que los mismos policías permitieron que uno de los migrantes accediera a la estancia de mujeres para violar a una joven hondureña de 15 años de edad.
Los problemas son con los de seguridad, los sábados y domingos que no están los de migración. Los oficiales de seguridad abusan de las mujeres […] había un migrante que era el mejor tratado que los demás, le daban tres colchonetas, de beso y abrazo… los de seguridad le permitían manosear a una menor de edad, una migrante hondureña, una mujer de seguridad lo dejó pasar a la estancia de mujeres cuando estaba la menor sola", aseguró el testigo.
Asimismo dos mujeres embarazadas y una mujer con un hijo lactante no recibieron la atención médica oportuna, ni información jurídica para regularizar su situación en México.
Por su parte migrantes hombres fueron golpeados y robados por los propios agentes de migración, así como extorsionados por policías federales.
Uno de los casos que se menciona es el de un joven hondureño que mientras era trasladado a la estación migratoria pidió permiso para ir al baño. Un agente de migración lo bajó y lo sujetó del cinturón, cuando el joven le dijo que no pensaba huir el funcionario lo tiró al piso y lo comenzó a golpear con un tolete que le dio un elemento de la Marina.
Poca información sobre derechos
Según el estudio del Insyde, el 34 por ciento de los hombres migrantes y el 64 por ciento de las mujeres nunca recibieron información sobre el proceso de detención por parte de las autoridades mexicanas.
Sólo seis hombres y tres mujeres fueron informados sobre su derecho a solicitar asilo, y al 42 por ciento del total se le preguntó si había sido víctima de alguna violación a sus derechos o de algún delito en México.
El porcentaje de acceso a una llamada telefónica al interior de la estación es considerablemente alto: el 95 por ciento de los hombres y el 73 por ciento de las mujeres pudieron comunicarse al menos una vez de forma gratuita.
Sin embargo, cinco hombres y tres mujeres dijeron no haber recibido atención médica oportuna y eficaz, entre ellas una mujer que se desmayó por la noche y tuvo que esperar hasta la mañana siguiente para que revisaran sus signos vitales.
El 85 por ciento de la población entrevistada recibió enseres de aseo personal y el 82 por ciento consideró que la estación contaba con medidas suficientes de limpieza.
Huyen de la pobreza y violencia
El informe sobre las estaciones migratorias señala que el 59 por ciento de hombres y el 64 por ciento de las mujeres entrevistados abandonaron su país de origen por motivos económicos. También se detectó a dos hombres salvadoreños y una mujer hondureña que huían de la violencia en sus países originada por los grupos de pandilleros.
Un joven salvadoreño de 24 años de edad relató que fue pandillero y a pesar de que tiene una hija mexicana con una mujer mexicana, se le inició proceso para que sea repatriado. Sin embargo mostró su temor porque en cuanto ingrese a su país sus excompañeros lo asesinen por dejar la "clica".
Sé que cuando regrese me van a matar, las noticias corren rápido y cuando ponga un pie en mi país me van a matar”, dijo el salvadoreño al personal del Insyde. "Desde los 15 (años) que no puedo estar en mi país. Aquí en México me he puesto a trabajar de ayudante de albañil, de cargador, de lo que sea. Sé que mi novia está esperándome y que mi hija también”.
A su vez una mujer embarazada hondureña de 37 años, que salió de su país debido a que pandilleros asesinaron a su hijo mayor y amenazaron con matar a toda su familia, externó su esperanza para llegar a Estados Unidos a fin de ganar suficiente dinero y sacar a su segundo hijo de Honduras.
Centroamericanos, mayoría de los que llegan a Puebla
De enero a diciembre de 2013 se reportaron 997 detenidos en la estación migratoria de Puebla, de los que ocho de cada diez fueron hombres y dos mujeres, sobre todo provenientes de Guatemala (44.4 por ciento), Honduras (36.5 por ciento) y El Salvador (16 por ciento).
La gran mayoría de hombres y mujeres migrantes entrevistados en la estación migratoria de Puebla tenían de 18 a 30 años de edad.
En la estación migratoria de Puebla no se realizaron entrevistas a niños o niñas, pero información del INM arrojó que 22 hombres y 19 mujeres entre los cero y 12 años de edad se alojaron en esas instalaciones. Además de que pasaron 63 hombres y 25 mujeres adolescentes, entre los 13 y 17 años de edad.
El informe sobre las estaciones migratorias en Iztapalapa, Puebla y Saltillo señala que el 64 por ciento los migrantes buscaban llegar a Estados Unidos y sólo el 36 por ciento tenía como destino final México.
La gran mayoría, el 58 por ciento, aseguró que realizaba el viaje para cumplir el “sueño americano” por primera vez.