El cuerpo de Arturo Sánchez Peña, quien mató a sus hijos menores para después suicidarse, podría ir a parar la fosa común ya que sus familiares no han reclamado los restos a 48 horas de ocurridos los hechos.
Alrededor de las 9 de la mañana de este miércoles, familiares de la esposa de Arturo Sánchez Peña recibieron los cuerpos de sus hijos Nilde Violeta, de 8 años, y Leonardo, de 3.
Según informaron fuentes del Servicio Médico Forense, la entrega de los cuerpos de los menores se retrasó debido a que existía una gran carga de autopsias, pues en promedio se realizan hasta diez levantamientos de cadáveres por día.
Tras una serie de quejas, los cuerpos de los niños se entregaron alrededor esta mañana para realizar las respectivas actas de defunción. Sin embargo, el cuerpo de Arturo Sánchez Peña no fue reclamado. De no ser exigido por ningún familiar, el cuerpo podría ser enviado a la fosa común del Panteón Municipal.
Como CENTRAL informó, Sánchez Peña asfixió a sus dos hijos con una almohada. Primero fue Nilde Violeta, de ocho años y después siguió con su hijo menor, Leonardo, de solo tres. Según las primeras versiones de los agentes del ministerio público, a ambos niños los dejó recostados en la cama donde dormían juntos al interior de un cuarto en la 25 Poniente número 2511, en la Ciudad de Puebla. Después tomó una escopeta y se sentó a un costado de la cama, puso el arma debajo de su tráquea y jaló el gatillo.
Alrededor del mediodía los vecinos de la colonia Benito Juárez escucharon el disparo pero no advirtieron que algo ocurriera. El dueño de una estética y de otras tiendas ubicadas frente al domicilio del homicida se asomaron, pero no notaron nada extraño.
Más tarde los familiares de Arturo llegaron a buscarlo para comer con él y sus dos hijos. Arturo llevaba año y medio divorciado de la madre de los menores y ambos se dividían el tiempo de los pequeños por semana.
Los menores habrían sido dejados por su madre con su papá, de 48 años de edad, apenas el domingo, ya que esta semana Arturo se haría cargo de ellos. Entre su familia y él se dividían para cuidarlos, puesto que trabajaba hasta en la noche debido a una mala racha económica.
Aunque el agente del ministerio público y la Procuraduría General de Justicia (PGJ) no dieron más detalles del caso, de manera extraoficial se informó que en el sitio se localizó una carta póstuma, en la que se menciona un asunto relacionado con un terreno el cual habría sido el problema entre la pareja que había derivado en el divorcio.