Friday, 19 de April de 2024
Miércoles, 02 Septiembre 2015 06:38

Ni bonanza, ni menos violencia estos 3 años: EPN no le cumplió a México, reclaman líderes

Expertos y activistas en derechos humanos dicen que Peña Nieto no sólo no resolvió el problema que heredó, sino lo agravó. “Hoy México es un desastre”, coinciden Raúl Vera López, Obispo de Saltillo, Coahuila, o el poeta Javier Sicilia Zardain, entre otros

Por : SinEmbargo

                Los tres años de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto no han significado el crecimiento y la bonanza que prometió, y tampoco el cese de la violencia que heredó de Felipe Calderón Hinojosa. El mandatario priista convirtió su mandato en una continuación de la estrategia fallida de Calderón y con ello se ha incrementado la violencia, dicen los especialistas, con un énfasis en otras derivaciones que ligan a las autoridades federales, estatales y municipales: la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, las extorsiones y el avance y la diversificación de los grupos del crimen organizado en distintas entidades.

Expertos y activistas en derechos humanos dicen que Peña Nieto no sólo no resolvió el problema que heredó, sino lo agravó. “Hoy México es un desastre”, coinciden Raúl Vera López, Obispo de Saltillo, Coahuila, o el poeta Javier Sicilia Zardain, entre otros

Ser mexicano en un país así, señalan, es llevar las de perder: “Es estar condenado a un destino fatal”, sobre todo si no se es parte de ese pequeño “grupo” para el que gobierna, afirman…

“Uno vive trabajando en el campo, pensando que haciendo tu trabajo te van a matar. Así es la vida en Ostula. Porque el que ya vive con una amenaza no sabe ni en qué momento lo van atacar: en el camino, en la calle o en el campo”, dice Nicolás Flores Legardo, presidente del Comisariado de Santa María de Ostula, municipio de Aquila, Michoacán.

Para Nicolás, un hombre de piel curtida y estragada por el sol, ser mexicano es ser pobre, trabajar la tierra sin apoyo gubernamental, ver a su comunidad con hambre y luchar en contra de los criminales de las bandas del crimen organizado que golpean su región. También contra los caciques y políticos de su pueblo.

Ser mexicano es vivir bajo amenaza de muerte, porque no es un campesino cualquiera: él levanta la voz, exige justicia, se enfrenta en contra de los militares que asesinaron al niño Hidelberto Reyes García el pasado 19 de julio y en contra a los extorsionadores que atacan a las familias de la comunidad.

En Ostula en los últimos tres años no hubo paz. La violencia se recrudeció y el acoso a la comunidad y la matanza de los líderes se incrementó gracias a que es un región rica en minerales, maderas preciosas y playas: el gobierno, las compañías y los criminales lo quieren todo, y en el camino está la población.

Pero Nicolás recuerda aún cuando los emisarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fueron a Ostula a pedirle el voto a la población para el hoy Presidente de la República Enrique Peña Nieto.

“Con Calderón [Felipe Calderón Hinojosa] nos fue mal, con este peor. Mandó sus colaboradores a pedir el voto y uno por ganarse la confianza, por querer salir adelante, ¿con qué nos paga Peña Nieto? Nos está matando. En lugar de que nos mandara dinero para trabajar las tierras, para que nuestras familias salieran adelante en el municipio, nos manda al Ejército para que nos mate”, dice.

–¿Para usted qué significa ser mexicano en estos tres últimos años?, se le pregunta.

–Ser mexicano en esta tierra tiene un valor significativo, lástima que los gobiernos le dan otro valor que no es para los mexicanos. Le dan el valor para su gente millonaria, el rico cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre. Según el Presidente ha mandado apoyos, ese “Sin Hambre”, eso es mentira, la gente cada día tiene más hambre, contesta.

“AQUÍ NADIE SE SALVA: NI POETAS NI PERIODISTAS NI CAMPESINOS”

El 19 de julio pasado miembros del Ejército mexicano dispararon contra civiles en Ostula y dejaron como saldo un niño muerto y 18 heridos.

De acuerdo con el abogado de la comunidad Raymundo Ortiz los militares dispararon desde su vehículo en movimiento. Antes de asesinar al niño Hidelberto, robaron a los miembros de la policía comunitaria unos radios y a través de ellos amenazaban: “Ahí van Los Templarios, ahora sí chingaron a su madre”, dice.

Ostula fue el último caso de abuso conocido de los militares en contra de civiles durante la  administración de Enrique Peña Nieto.

Antes sucedieron Tlatlaya y Ayotzinapa. El primero cometido en contra de supuestos delincuentes ejecutados ya rendidos y el segundo, en contra de 43 estudiantes de la Escuela Rural Raúl Isidro Burgos (Ayotzinapa), donde los padres y abogados insisten en que el 27 Batallón de Infantería destacado en Iguala, Guerrero, participó en la desaparición forzada de los normalistas.

Para los expertos y activistas en derechos humanos la administración de Peña Nieto es la continuidad de la que emprendió el ex Presidente panista Felipe Calderón Hinojosa, pero ahora reforzada y más intensa.

Javier Sicilia Zardain, poeta, escritor y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), explica que durante sus tres años, Peña Nieto acumuló una lista inmensa de desaparecidos, asesinados, extorsionados que heredó de la administración de Calderón y a la cual, no sólo no resolvió, sino agregó.

“Es el gran fracaso del Estado o el éxito del Estado como una forma criminal de gobierno. Los muertos del sexenio pasado se vuelven una deuda de Estado que se ha acumulado. 150 mil muertos y 30 mil desaparecidos de Calderón, más los 53 mil que van ahorita en estos tres años y 11 desaparecidos diarios. El tema es terrible”, dice.

SinEmbargo