Servando Gómez Martínez, La Tuta, se rodeó de personas de origen guatemalteco, a quienes contrataba para sembrar droga o matar enemigos, modo de operar que aprendió de Carlos Rosales Mendoza, El Tísico, compadre de Osiel Cárdenas Guillén.
En un informe de la PGR y la extinta SSP se califica al capo de fanático del esoterismo, promotor financiero de políticos y estratega de campañas mediáticas para desacreditar a funcionarios federales.
El documento detalla quiénes fueron sus parejas sentimentales, lugares que habitó, vehículos que usaba, órdenes de aprehensión y averiguaciones previas en su contra, y colaboradores. MILENIO tiene copia de ese informe, en el que se afirma que La Tuta era capaz de asesinar a sus propios pistoleros solo porque las cartas del tarot revelaban alguna traición. También hace hincapié en que fue maestro normalista y dejó las aulas para dedicarse al narcotráfico.
Según la declaración ministerial de su hijo detenido 2009, La Tutacomenzó a traficar por su cuenta en 2001 o 2002 y luego se unió a La Familia.