Ante la presunción de nexos entre el crimen organizado y policías municipales, el Gobierno federal asumió ayer las funciones de seguridad en 13 municipios, como ya ocurría en Iguala y Cocula.
Se trata de localidades ubicadas en las regiones de Tierra Caliente y norte en Guerrero, como Apaxtla, Arcelia, Buenavista de Cuéllar, Coyuca de Catalán, General Canuto A. Nerie e Ixcateopan de Cuauhtémoc.
Además de Pungarabato, Pilcaya, San Miguel Totolapan, Taxco de Alarcón, Tlapehuala y Teloloapan en Guerrero, así como Ixtapan de la Sal, en sur del Estado de México.
En esas demarcaciones suman ya unos mil 500 agentes municipales cesados por el Gobierno federal, al igual que sus mandos.
Durante la jornada de ayer, el Ejército desarmó a los policías de esas localidades para revisar si sus fusiles y pistolas cuentan con el permiso oficial correspondiente.
En tanto, la Policía Federal asumió las labores de patrullaje con elementos de la Gendarmería y la Marina.
Investigaciones federales refieren que el crimen organizado se infiltró en las corporaciones de seguridad de esos municipios.
Ello, a través de pagos mensuales a sus mandos para la protección de actividades ilícitas, entre ellas, el secuestro, la extorsión y el narcomenudeo, así como el cobro de piso al transporte y comercios.
En Taxco, que cuenta con unos 140 policías, los elementos del turno matutino fueron sorprendidos por los militares, quienes solicitaron la entrega de las armas.
Los agentes municipales fueron "concentrados" en las instalaciones de la Policía, mientras que los soldados patrullaron esa localidad en coordinación con elementos de la Policía Federal.
Erubiel Salado Chávez, jefe de la Policía de Taxco, huyó de este Municipio luego de que el Ejército arribó al cuartel para revisar el armamento de sus elementos, aseguraron fuentes castrenses.
Salado Chávez ha sido señalado en repetidas ocasiones de otorgar protección a la organización criminal Guerreros Unidos.
Luego de la desaparición de 43 normalistas el pasado 26 de septiembre en Iguala, la Federación ha reforzado la seguridad en Guerrero.
En esa entidad, de acuerdo con investigaciones, opera Guerreros Unidos, que mantiene una rivalidad con Los Rojos, lo que ha derivado en una escalada de violencia y ejecuciones.
