En Estados Unidos, Volkswagen reconoció la alevosía con la que actuaron para trucar los automóviles diésel, pues ante el Congreso de aquel país, el representante de la empresa, Michael Horn, sostuvo que el objetivo era ocultar las emisiones reales de las unidades, sin embargo, dijo que esto fue una decisión de un grupo de ingenieros y no del corporativo alemán.
Medios internacionales señalaron que durante la comparecencia del presidente ejecutivo de Volkswagen Group of America, reconoció que sabían del tema desde el pasado primero de septiembre, pero no dimensionaron la crisis en la que se hundirían.
“Por lo que sé, no se trató de una decisión corporativa; es algo que hicieron varios individuos (…) Fueron un par de ingenieros de software los que lo instalaron, vaya usted a saber por qué razón”.
Por ello, el Congreso de Estados Unidos exigió responsabilidades penales en contra de directivos de la Volkswagen por haber falseado, de manera intencionada, las emisiones de sus coches diésel.
Esto fue reconocido por Michael Horn, presidente de la armadora en dicho país, quien señaló ante el Pleno norteamericano que conocía sobre algunas de las irregularidades incumplidas por la empresa.
No obstante, Horn afirmó que no supo hasta el primero de septiembre de este año, que los vehículos del grupo alemán contenían el software ilegal y reiteró que “hasta ese momento, sólo sabía que algunos de esos automóviles diésel no cumplían con las normativas estadounidenses sobre emisiones”.
En este sentido, los congresistas aseguraron que los castigos a la empresa alemana tienen que ser severos contra los individuos, sin limitarse a sancionar al grupo. “Alguien deberá ir a la cárcel… es la única manera de acabar con esta cultura de la negligencia en la industria”, señalaron.
En respuesta, el directivo que prestaba testimonio bajo juramento en la Cámara de Representantes, aseguró que los responsables del engaño serán identificados y sufrirán las consecuencias, pero “cualquier información en este momento es preliminar, les pedimos su comprensión hasta que terminemos este trabajo”, al tiempo de negar que el engaño fuera una decisión corporativa y aseguró que fue algo que “hicieron individuos”. “Fueron un par de ingenieros de software quienes lo instalaron por algún motivo”, concluyó Horn.
“Algunas personas han tomado las decisiones equivocadas con el fin de salirse con la suya, en algo que tendrá que ser descubierto”, añadió.
Además, durante su comparecencia, Horn anunció que la compañía retira la solicitud para el certificado de los modelos 2016, es decir, que las irregularidades podrían ser solventadas hasta 2017, lo que podría agravar aún más la crisis financiera de la armadora y la producción en sus diferentes plantas a nivel internacional, incluyendo la de Puebla.
Eso significa que no habrá ventas de coches nuevos con ese motor durante meses. En paralelo, se está trabajando en una solución técnica —para los coches de distinta generación diésel que ya circulan—, que sea aprobada por la agencia estadounidense de protección medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
Revisa policía instalaciones de VW en Alemania
Horas antes de que Michael Horn compareciera ante la Cámara de Representantes de EE UU, la planta matriz de Volkswagen en Wolfsburgo fue registrada, luego de que la Fiscalía de Braunschweig (en el norte de Alemania) ordenó ayer la revisión de varias sedes de la empresa.
De acuerdo con un comunicado de prensa publicado en distintos medios internacionales, la fiscalía busca documentación y soportes informáticos “que puedan contener información sobre la actuación y la identidad de los empleados de la compañía” implicados en el escándalo por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes que amenaza con causar un daño masivo a la empresa.