Este 20 de noviembre Puebla se volvió Guerrero y Ayotzinapa se tornó en Cholula, San Miguel Canoa, La Resurrección, Cacalotepec, Zomayazalco... Los mártires del Morenovallismo tuvieron en común con todo México, y parte del mundo, el repudio a la clase política, esa misma a la que los mexicanos señalan por la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural "Isidro Burgos".

En Puebla no se tienen 43 desparecidos, pero hay 44 presos políticos y un niño asesinado en Chalchihuapan por agentes de la Policía Estatal. La indignación de los estudiantes poblanos que Organización Interuniversitaria que convocó a la marcha se suma a la de las víctimas de la represión del gobernador Rafael Moreno Valle.

Elia Tamayo, madre del niño asesinado de Chalchihuapan; Rocío Pérez Pérez, hija del edil detenido de San Miguel Canoa, Raúl Pérez Velázquez; Josué Xicale, hijo de Adán Xicale, el abogado aprehendido por defender a los expropiados en Cholula por el Parque Intermunicipal, encabezaron la marcha convocada por universitarios para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes.

Los rostros de la represión

En Ciudad Universitaria a las 10 de la mañana se concentraron los estudiantes. Desde la Facultad de la Economía de la BUAP comenzaron a salir las primeras pancartas. "¡Esos son aguerridos! Son cabrones...", dicen los catedráticos mientras ven pasar a los alumnos, todos de negro. "¡El profe consciente se une al contingente!", les gritan.

Ahí mismo se integró el contingente de Cholula y vecinos de Tlaxcalancingo que han encabezado las críticas a las administraciones municipales que han apoyado incondicionalmente la instalación del Parque Intermunicipal. Josué Xicale encabeza ese bloque y lleva en sus manos una manta del movimiento Cholula Viva y Digna.

Elia Tamayo se vuelve el centro de atención desde que se integra al bloque en la avenida Juárez. Al frente de Televisa en el parque del cerro de La Paz la mandan al frente. La acompañan las tres esposas de los detenidos del 18 de octubre pasado en Chalchihuapan y Araceli Bautista, la madre del edil auxiliar perseguido por la administración estatal, Javier Montes Bautista.

En el zócalo de Puebla, Elia Tamayo toma la palabra. la madre de José Luis Tlehuatle cada vez se vuelve más suelta al habla, cada vez es mejor oradora en el micrófono. Su exigencia de justicia por la muerte de su hijo a manos de policías estatales es cada vez más estructurada. La represión la volvió otra.

"Hay que unirnos, yo exijo justicia. Los estudiantes no están solos. No están solos", dice con el micrófono en la mano. Detrás de ella están las esposas desesperadas de Chalchihuapan. Sus maridos están presos acusados de haber participado en el motín donde mataron al hijo de Elia ese fatídico 9 de julio de 2014, son los tres a los que el gobierno de Moreno Valle capturó para dar cumplimiento a la recomendación  impuesta por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

A unos pasos está nuevamente Josué Xicale que habla con Rocío Pérez Pérez, la hija de Ricardo Pérez Velázquez, el edil de San Miguel Canoa que fue detenido por ser parte de la Coordinadora Estatal por la Dignidad de los Pueblos (Cedip).

Rocío ya no sabe cuando verá a su padre. El juicio de amparo que han buscado para contrarrestar el auto de formal prisión contra su padre simplemente no avanza. "Nos mandaron hasta enero para la audiencia. Ya no sabemos qué vamos a hacer", dice Rocío con desesperanza.

En el pasaje del Ayuntamiento de Puebla, Elisaí Jiménez improvisa una rueda de prensa para hablar del último caso de represión del Morenovallismo. Su tía Silvia Jiménez y su padre Eladio Jiménez, fueron reubicados por la Secretaría de Educación Pública por pelear por los derechos de la junta auxiliar de Zoyamazalco, perteneciente al municipio de San Vicente Coyotepec.

El profesor Jiménez ha sido de los pocos ediles auxiliares que no han entregado su registro civil. Debido a esto, este mismo 20 de noviembre fue enviado a Pantepec, a la Sierra Norte de Puebla, sin previo aviso por parte de la Secretaría de Educación Pública, en donde está dado de alta como profesor.

No sabemos nada de mi padre... Allá ni hay señal de celular, no sabemos sí llegó bien. En estos momentos tememos todo, y hago responsable al gobernador Rafael Moreno Valle por cualquier cosa que le pase a mi padre", dijo Elisaí Jiménez.

"¡Televisa te idiotiza! ¡TV Azteca te apendeja!"

A los manifestantes por la Acción Global por Ayotzinapa en Puebla el gobierno del estado los tasó en apenas mil 500. La cifra exacta no fue calculada por los organizadores pero la primera calle del zócalo de Puebla, entre Reforma y Juan de Palafox de Mendoza, frente al edificio del Ayuntamiento de Puebla, se vio repleta de pancartas, mantas y estudiantes.

El carro de sonido llegó alrededor de las 6:30 de la tarde con los estudiantes del bloque que cruzó Puebla desde Ciudad Universitaria hasta el zócalo. Ahí ya esperaban al menos unos 300 poblanos más y los organizadores de la toma cultural del zócalo.

En el lugar el micrófono de Televisa provocó el enojo de algunos de los asistentes. "¡Fuera Televisa! ¡Fuera Televisa!", gritaron a los reporteros. Un hombre con una bolsa de medicamentos, visiblemente nervioso comenzó a atacar a fotógrafos.  La cámara de Televisa le lanzó un manotazo, también intentó bloquear a una fotógrafa más de Diario Cambio.

Otro muchacho más comenzó a tapar con la mano la lente. Y al altavoz una mujer acudió para pedir a la reportera y el camarógrafo de Televisa que "por dignidad" se fueran o mínimo quitaran el cubo del micrófono.

Tras el conato de bronca no hubo mayor incidente. Desde el cielo las luces de los drones de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal conectados al Centro de Respuesta Inmediata del Ayuntamiento de Puebla vigilaban la manifestación.

¡Ya nos están checando desde el cielo!", gritó un manifestante. Una señora apuntó su pancarta al robot volador, al espía al émulo del Big Brother. "¡Que lo lean bien!", le gritan. En la pancarta se leía una pregunta: "¿Qué cosecha un país que siembra cadáveres?".