Thursday, 25 de April de 2024
Sábado, 02 Mayo 2015 12:18

¿Deporte o espectáculo?: Mayweather y Pacquiao protagonizan hoy “La pelea del siglo”

Se le ha denominado “La pelea del siglo”, no sólo por los dos grandes personajes que la protagonizan, sino por todo el boom mediático que rodea el combate, las grandes sumas de dinero comprometidas, las apuestas y, sin ser cosa menor, el futuro del boxeo que también se pone en juego

Por : Sin Embargo

El día más esperado para los amantes del boxeo ha llegado. Entre ellos sin duda el cantautor Bob Dylan, un apasionado furibundo del deporte de los puños, al que le ha dedicado canciones como la impresionante “The Hurricane”, donde narró la historia de Rubin Carter, el púgil que pasó 20 años en la cárcel, condenado por un crimen que no había cometido.

El tema que sirvió de banda de sonido para la película sobre la biografía de Carter que protagonizó de forma magistral Denzel Washington es un reflejo del eterno romance que vive con el box el célebre cantautor estadounidense, quien en una de sus visitas a Buenos Aires, Argentina, pidió que lo llevaran a un club de box y fue allí como recayó en el Almagro Boxing Club, donde hizo maniobras frente al espejo y saltó a la cuerda ante la mirada atónita de los parroquianos.

El viejo Bob más sabe por diablo que por maduro y es así como frente a la que es denominada la pelea del siglo entre el filipino Manny Pacquiao y el estadounidense Floyd Mayweather, Jr., se ha decidido a apoyar al primero, su púgil favorito y al que visitó durante el año pasado durante el entrenamiento en el gimnasio Wild Card de Hollywood, previo al combate con Timothy Bradley, el preferido de actores como Will Ferrell y Kevin Spacey.

Pacquiao, dicen los entendidos, es tan bueno como el fanfarrón Mayweather, un peleador al que muchos consideran acabado, sin que ello implique desconocer que Manny tampoco canta bien las rancheras en tal sentido.

Es decir, ambos están en el fin de sus respectivas carreras, lo que no ha impedido que su encuentro de este sábado en el casino MGM de Las Vegas tenga a los aficionados al boxeo en vilo y a muchas celebridades al pie del ring o manifestando sus ansiedades en las redes sociales.

No sólo Bob Dylan, también Sylvester Stallone apoya al filipino, al que ha ido a visitar en varios entrenamientos.

El jovenzuelo problemático Justin Bieber, en cambio, se inclina por Floyd Mayweather y así lo se lo ha hecho saber en consuetudinarias visitas durante su preparación, al igual que el recordado protagonista de Baywatch, David Hasselhoff.

Mark Wahlberg va por Pacquiao, también conocido como “Pacman”.

50 Cent 7 es de Floyd (está tan convencido de que ganará Floyd que ha apostado $1.6 millones de dólares por su triunfo); Keanu Reeves, de Manny.

Mariah Carey agradece con su apoyo la presencia de Mayweather en sus conciertos y el comediante Mario López se ha sacado una selfie con el filipino, demostrándole su amistad.

¿CUÁNTO DE BOXEO, CUÁNTO DE ESPECTÁCULO?

Pero no sólo las celebridades de Hollywood, ni la bolsa de mil millones de dólares en juego, los multimillonarios derechos televisivos y el gigantesco boom mediático a su alrededor definen la esencia de “La pelea del siglo”.

Algo que se llama boxeo y que podría hoy ser considerado un deporte en crisis, que vive más de las glorias pasadas que de un horizonte luminoso que asegure su supervivencia, está en juego en los puños llenos de dinero de Mayweather y Pacquiao.

Al principio el boxeo era un deporte romántico, fiero, sangriento, porque a la gente no le interesaba la salud del pugilista sino el espectáculo, la sangre, el drama. El boxeador ganaba poco dinero, apenas para subsistir. Pero la televisión llegó y dominó el boxeo. Con ella empezó el primer paso para la destrucción del pugilato, porque el día en que a la televisión se le ocurra abandonar al boxeo, ¿qué pasará? Por causa de la televisión el boxeo actual es un deporte metalizado que se orienta hacia el color del dólar”, dijo el fallecido José Sulaimán (1931-2014), el hombre fuerte del deporte que dirigió durante 38 años el Consejo Mundial del Boxeo (CMB).

Sus palabras cobran un significado especial a horas de que inicie el combate, sobre todo porque ha sido la televisión el gran juez y la gran parte en este circo que se ha generado alrededor de los púgiles más famosos del momento.

Detrás de cada gota de sudor que aflora en sus entrenamientos, vibra un billete destinado a terciar en la mesa de negociaciones por los derechos televisivos.

El 25 de marzo pasado se supo que la cadena Sky había ganado la contienda para transmitir la pelea en el Reino Unido, Alemania, Italia, Irlanda y Austria, por el sistema pay per view.

Televisa y Azteca en nuestro país emitirán conjuntamente la lucha. En los Estados Unidos, Showtime (que transmite las peleas de Floyd Mayweather) y HBO (que hace lo propio con los combates de Pacquiao), llegaron a un acuerdo sobre el que se basó la realización de la pelea, para cuya concreción hoy se llevaron a cabo siete años de negociaciones entre las partes involucradas.

Sin televisión, no había Pacquiao-Mayweather. Algo muy lejos de entender por un niño que hoy entrara a un humilde ring de provincias para ejercitar algunos golpes destinados a conformarlo como un potencial boxeador profesional.

¿Dónde está el boxeo? ¿En la danza de los millones y en los gestos casi payasescos de “Pacman” y “Money”, los nuevos animadores de la Corte Mediática? ¿O está en cada uno de esos niños pobres que ponen sus ilusiones de ascenso social en el gastado ring del pueblo?

El boxeo es la historia de cómo un muchacho de poca educación, que viene de la nada, sube, encuentra la gloria y luego no sabe qué hacer con ella”, había dicho José Sulaimán.

Su hijo mayor, Mauricio Sulaimán, el heredero, es responsable ahora de los destinos de un deporte que ha dejado de tener interés para las nuevas generaciones.

Su primer gran golpe ha consistido en lograr la unión entre el Consejo Mundial de Boxeo, que dirige, la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), para iniciar gestiones destinadas a lograr que sólo haya un título mundial para los combatientes.

Optimista y eufórico, Mauricio auguró “una nueva era para el boxeo”.

Desde el Más Allá, su padre seguramente le habrá levantado los pulgares.

Los que dicen que el boxeo va a morir son los que comen bistec con manteca y no entienden qué es el hambre. Mientras haya hambre, habrá boxeo. El que está satisfecho no arriesga su vida por dinero”, decía Don José.

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Sin Embargo