Friday, 29 de March de 2024

Crónicas marxianas

Miércoles, 29 Octubre 2014 22:09
Zeus Munive

Valentín Meneses admite crimen de Marín

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Del creador de frases como “las botellas de coñac entre Mario Marín y Kamel Nacif fue al calor de la época navideña” traemos para ustedes: “lo de Marín (Mario) no es tan grave como lo de Chalchihuapan”.

Después de casi seis años que negaron haber violentado las garantías constitucionales de la periodista Lydia Cacho, que rechazaron que su gobierno se hundió en una crisis que intentaron resolver (sin conseguirlo) a punta de cañonazos de dinero.

Que hubo una orden expresa para abusar sexualmente de la autora del libro Los Demonios del edén una vez que pisara el CERESO de San Miguel.

Que habían llamado a las locas y a las tortilleras para darle un caluroso recibimiento.

Que tanto el Poder Judicial como el Legislativo actuaron como cómplices de aquel delito.

Que trajeron en condiciones infrahumanas a la periodista desde Cancún que nomás le dieron pollo en el camino y que los policías judiciales comandados por Adolfo Karam la venían acosando.

Que violaron sus derechos humanos como ciudadana por denunciar que un empresario libanés de nombre Jean Succar Kuri tenía una red de pornografía infantil y prostitución y que era protegido por el rey de la Mezclilla Kamel Nacif.

Después de negar por seis años todo eso, por fin Valentín Meneses dice que lo que ocurrió con Mario Marín no fue tan grave como lo que ocurrió en Chalchihuapan. Es decir, admite que hubo un intento de violación o como los abogados dicen de manera rimbombante: violación en grado de tentativa.

No fue tan grave porque la prensa nacional hizo presión. Porque se armó un movimiento que detuvo la intentona de abusar sexualmente de la periodista, pero ¿qué hubiera ocurrido si ella no tuviera ligas con personajes del ámbito intelectual como Jorge Zepeda Patterson o Carlos Loret de Mola?

Tristemente sería una detenida más y presa de lo que el marinismo llamaba “las locas y las tortilleras”.

¿No acaso Mario Marín dijo que era su voz pero no era su voz?

Valentín Meneses, Vale, mi Vale, gracias por abrir la boca para decir tonterías. Sigue así. No cambies. Poco a poco irás revelando toda la corrupción que todos supimos que existió en tu sexenio. Y que los que te criticamos fuimos ninguneados por tus despotas acciones.

Valentín Meneses ha, por fin, admitido que sí fue un delito pero “no tan grave”, es decir que sí fue pero nomás tantito.

No quiero justificar con esto la muerte del niño de Chalchihuapan, sólo que como dice mi papá cuando me regañaba: “no es lo mismo que lo mesmo”. Hace seis años, se intentó abusar sexualmente y en la cárcel a una periodista que había sido detenida de manera injustificada. No ocurrió no porque Marín, Nacif, Meneses, la procuradora Villeda, Karam y Juanito Nakad no hubieran querido, no ocurrió porque los detuvieron a tiempo.

Lo que sí ocurrió es que se violentaron las garantías individuales de una periodista.

En el caso de Chalchihuapan, los errores tácticos y la brutalidad policiaca ejercida por Facundo Rosas y su equipo provocó la muerte de un menor de edad. Claro que también es grave, pero en el primer caso fue una confabulación del poder y un empresario.

En el caso de Chalchihuapan se mató a un niño, sí. Es grave, sí. Pero no es lo mismo.

En ell caso Lydia Cacho no la violaron porque ya no les dio tiempo. La intención ya implica dolo y ese también es un crimen. Y la reciente declaración de Meneses es admitir que sí cometieron un crimen, eso sí “nomás tantito”.

Es como si el asesino  unos segundos antes de disparar lo detiene la policía, el asesino hubiera cometido el delito, solo que lo detuvieron antes.

El menos indicado para cuestionar la represión de Moreno Valle es Valentín Meneses. La memoria en México es casi nula, pero existe. Valentín Meneses desde su posición de vocero mandó a censurar y a callar a las voces disidentes. Muchos fuimos víctimas de sus desplantes y sus censuras.  Muchos quedaron sin trabajo.

Mario Marín fue un agente de la corrupción.

Un detalle más, El Sol de Puebla publicó una serie de documentos (enviados desde Casa Puebla) en el que se sustenta la corrupción del marinismo en el que si le rascan alcanzaría a López Zavala, Juan Carlos Lastiri, Gerardo Pérez Salazar y hasta Juan Manuel Vega Rayet. 

El hecho de poner en evidencia las corruptelas de Marín en esta columna no es por sumarse a la persecución desde Casa Puebla contra el ex gobernador en la víspera de las nuevas elecciones federales, puesto que este reportero -y eso está documentado- siempre ha denunciado al marinismo como tal. 

Vale la pena aclararlo porque El Sol de Puebla en el sexenio marinista fue un gran aliado y ahora, siguiendo su papel, ahora es quien acusa a quien en otro tiempo le dio de comer.