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Si hoy el gobierno de Puebla sufre una severa crisis de credibilidad, gobernabilidad y estabilidad obedece a la fallida estrategia que ha empleado Moreno Valle y su equipo para afrontar los errores del 9 de julio, para encarar la muerte del niño José Luis Tehuatlie y para contener los daños.
El gobierno de Moreno Valle falla a cada paso que da. Hasta ahora, 42 días después del violento desalojo de la autopista Puebla-Atlixco, el gobierno morenovallista sólo ha cometido errores y al parecer no se cansa de evidenciar el temor y la falta de timón en la marea de la crisis.
Cuando el tema ha descendido mediáticamente, el gobierno morenovallista se encarga de reforzarlo y de llevarlo, otra vez a las primeras planas de la prensa local y a las notas más relevantes de la prensa nacional.
En días pasados, la Secretaría de Seguridad Pública negó revelar la información con respecto al operativo, el número de policías que participaron, el número de armas que llevaron, el tipo de armamento y el cargo del funcionario que dio la fatal orden del desalojo. Semejante información fue reservada por 7 años con el consabido argumento de comprometer la estabilidad y la democracia en el Estado.
La nota fue replicada por medios locales y nacionales. Otro incendio en Casa Puebla por el caso Chalchihuapan y para remediarlo un poco, el gobernador dio instrucciones para revelar la información casi a las 10 de la noche.
Ya que el escándalo había hervido en la entidad. ¿Por qué negaron la información en primera instancia? ¿Para qué negar la información que se le proporcionó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos?
El gobernador poblano se ha equivocado en todas y cada una de las decisiones que ha tomado por la crisis en Chalchihuapan, tal vez sea momento que pida ayuda profesional.