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Han pasado casi dos meses desde que el gobernador Rafael Moreno Valle consideró pertinente aplicar toda la fuerza y su furia para el desalojo en la Puebla-Atlixco que mató al niño José Luis Tehuatlie y todo indica que el gobierno estatal sigue sin aprender la lección.
Ayer el mandatario abrió otro boquete en su navío sexenal y expropió a punta de violencia y granaderos tierras a campesinos y ejidatarios que colindan con la Pirámide para materializar su Plaza de las 7 culturas.
A pesar de la crisis en Chalchihuapan, Moreno Valle insiste en usar la mano dura para aplacar a su gente. Los cholultecas respondieron a las expropiaciones con incendios, gritos, mentadas y rugidos.
CHOLULA no se quedó callada. Pero poco importa. Moreno Valle no escucha nada de todas maneras. Lo único que demuestra el mandatario día a día que su gobierno padece de sus facultades mentales.