Friday, 19 de April de 2024

Dios en el Poder

Jueves, 25 Junio 2015 01:50
Selene Rios Andraca

La muchachada en el poder

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De un momento a otro voy a empezar a hablar como mi mamá. Ya no falta mucho para que a cada rato le diga a todo mundo:“En mis tiempos las cosas eran de otra manera”, “Ay estos muchachos de ahora”, “Cuando yo era reportera en milnovecientosnoventaytantos les hablaba de usted a los dirigentes de los partidos”.  Un día me levanté con 32 añotes encima y con la novedad de que la clase política es más joven que yo.

Ay Jesucristito. Me da, me da, les juro que ahora sí me da y no es uno más de mis panchos columnísticos ni de mis dramas antimorenovallistas. Les juro que los treinta me rebasaron por la derecha y ni cuenta me di que si me entra el chiflón, me resfrío; que si cargo pesado, me duele la espalda y que si como chipotle me dan las agruras. Casi, casi que si me meto al vapor, me estriño.

¡Nooooooo!
¡Nooooooo!

Voy a salir corriendo. Ah no, por mis rodillas.

En fin esta entrega no se trata de mi encaminamiento a la vejez, total diría Tyler Durden: no eres tu edad, sino de que una horda de chamacos caguengues “controla” el poder político del PRI, el Partido Verde, Nueva Alianza y próximamente, el PAN. —Querido lector quizá usted notó que puse unas comillas muy coquetas en el verbo controlar, y nomás para que no queden dudan las puse en tono irónico, porque detrás de algunos de esos muchachitos están unos rucos bien cabrones—.

No me preguntes cómo pasa el tiempo —diría don José Emilio— porque no tengo ni la menor idea, el caso es que hoy los líderes de la mayoría de los partidos políticos ¡son más chiquitos que yo!

Snif. Snif.

Ustedes dispensarán si de un momento a otro empiezo a hablar como Doña Lucha, pero es que cuando llega la madurez y la edad avanzada, uno mira la vida desde otra perspectiva y comienza a entender que la juventud es un mal que se cura con el tiempo y que Rubén Darío nomás hacía poemas a lo loco con aquello del divino tesoro y que a veces llora sin querer.

Ya no los quiero aburrir con mis cosas, pero fíjense que ahora que me doy cuenta de que soy mayor —older, más vieja, más ruca, viejita— que la clase política, me dan ganas de contar mis anécdotas y de compartir mis conocimientos para que ellos que apenas inician su andar en este valle de lágrimas, no cometan los mismos errores que sus antepasados, que yo conocí tan bien, pero por hoy me resistiré en aras de que esta columna, al menos esta columna, se mantenga fresca y jovial.

Para que les quede claro a qué me refiero con aquello de que la chamacada tiene las riendas de algunos partidos políticos, chéquese nomás:

El líder del Partido Verde, Juan Pablo Kuri tiene 32 años.
El líder de Nueva Alianza, Gerardo Islas tiene 31 años.
La lideresa del Revolucionario Institucional tiene 31 años.
El próximo líder de Acción Nacional, Jesús Giles tiene 27 años.

¿Comprenden mi trauma?

Ora sí me da.

No me preocupa tanto Juan Pablo Kuri porque en el Verde hay como siete militantes en total y tampoco es que tenga un broncón encima ¿no?

Gerry Islas se encargó de inventar Nueva Alianza en Puebla y lo rellenó del confeti  y de la pedacería de los otros partidos. —Excepto mi amiguito Tifain—

Pero Allende y Giles, vaya, santo desmadre. La priista, de momento ya sufre en carne viva y sabe lo que es vivir como un cero a la izquierda. El panista apenas verá lo que es amar a Dios en tierra ajena o lo que es lo mismo “confrontarse” con los señorones: Ana Tere Aranda, Moreno Valle, Rafa Micalco, Juan Carlos Espina, Paco Fraile, Jorge Ocejo y demás que se les ocurra.  

Claro, Giles es más un minion muy simpático y obediente —esa, será otra entrega—.

Uff.
Let´s see
.  

Uno de las críticas más severas contra la lideresa del PRI en Puebla, Ana Isabel Allende, es que la mujer tiene 31 años y con en esas tiernas manos tan chicuelas e inocentes “jala” las riendas del partido que gobernó la entidad por más de 80 años y que hoy está en vías de recuperarse.

¡Tiene 31 años!

La chamaca caguengue tiene que lidiar con los señorones priistas: Enrique Doger, Juan Carlos Lastiri,Chucho Morales, Blanca Alcalá, Víctor Giorgana, Lucero Saldaña, Silvia Tanús, Javier López Zavala, Mario Marín, Don Melquiades Morales y cualquiera que se les ocurra.

Claro que ellos nunca se dan el lujo de lidiar con ella porque la ignoran olímpicamente porque está muy chamaca para dirigir el partidazo.

Hasta ahora el único tropiezo juvenil que le he mirado a la muchacha es que en su guerra contra Fernando Morales por el territorio de Ciudad Serdán está dispuesta a todo. Incluso a aplicarle la ley de hielo colectiva —léase con cuidado: la ley del hielo, eh, no cualquier infantilada— al funcionario de tercera del gobierno morenovallista.

En un arranque tan típico de la chamaquiza, Isabel Allende azuzó al diputado verde Juan Carlos Natale para pedir la destitución de Fernando Morales de la Secretaría General de Gobierno.

El PRI no secundó la petición de Natale ni siquiera porque Isabelita llamó para pedir el voto a favor de la destitución del funcionario de tercera.

Natale se quedó solito como un hongo y poco faltó para que la boca se le fuera chueca por la rebeldía de la bancada priista para atender las órdenes de su amigui-amigui Isabelita.  

Todo porque la mayoría de los diputados priistas considera que la Isabelita es una chamaquita haciendo berrinche porque Fernando le robó sus muñecas en Ciudad Serdán hace como dos años, cuando ella iba en la primaria.

Uff.

El caso es que esta pobre mujer es vapuleada por estar tan chavita y yo creo que el argumento es discriminatorio totalmente.

A los jóvenes y a los viejos como uno, nos deben respetar.   

Jum.