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"Somos una sociedad dividida, los artistas trabajan en sus espacios, los estudiantes en la universidad y las causas sociales ajenas a nosotros, el papel de las relaciones públicas es vincular distintos sectores para buscar el desarrollo de la sociedad" fueron las palabras con las que cerré mi intervención previo a la inauguración de la exposición de arte Un, dos, tres ¡Por ti! El juego aún no termina! en donde jóvenes universitarios se dieron a la tarea de organizar un evento a beneficio de una asociación civil.
Bajo el amparo del individualismo y del conformismo nuestra sociedad constantemente recrimina al gobierno acciones que permitan la integración social, y si así lo demandamos, ¿dónde queda nuestro papel como agentes de cambio?, la desigualdad social, la marginación, la falta de oportunidades, entre muchas, son consecuencia de nuestro nulo interés por querer cambiar las cosas, el menosprecio que nosotros hemos puesto a nuestro valor social y el empoderamiento de un sistema paternalista cuyo principal referente sigue siendo el autosecuestro que tiene como autor material a la desidia con la que vemos a los temas de urgencia en nuestra sociedad.
El desarrollo de la sociedad es un peso que cae en todos nosotros pero en particular en nuestros jóvenes quienes inspirados por una visión revolucionaria y una constante inquietud por ser la alternativa de un modelo cultural, se vuelven los agentes que promueven una nueva manera de conducir a esta sociedad, el universitario de hoy debe ser un personaje a la altura de los problemas sociales que afectan a nuestro entorno y lo más importante, un vehículo que promueva su solución.
Un, dos, tres ¡Por ti! El juego aún no termina! es una muestra de que se pueden gestionar proyectos viables gracias a la visión integradora que reúna distintos sectores de la sociedad, ¿la clave? un grupo beneficiado, un patrocinador, una audiencia-sociedad en general y agentes del desarrollo.
Por supuesto estos últimos, universitarios, quienes se dan a la tarea de calificar proyectos que cumplan los principios de orden que justifiquen su campo de acción, seguido de esto, patrocinadores que decidan impulsar mediante la inyección de capital a una causa social, finalmente una sociedad que se convierte en la receptora de un llamado de atención ante un problema que existe a nuestro alrededor, que creció, se salió de control y todo porque en algún momento decidimos cerrar los ojos y sentirnos indiferentes a una situación que nosotros mismos de alguna manera generamos.
La labor de estos estudiantes se convirtió en un modelo viable, la fundación Jasso Talleres A.C. resultó beneficiada una vez que artistas convocados y coordinados por el Instituto de Estudios Superiores "UCIC" donaron bajo el tema de juguetes, piezas que se colocarían a la venta y cuya recaudación ayudará a impulsar los proyectos de esta Asociación civil, como testigos la prensa quien se encargará de hacer notar el evento en muchos espacios y por supuesto integrantes de la sociedad en general, conformada por algunos mecenas quienes decidieron apoyar comprando las obras, y otro sector que se informó sobre la problemática y que comunicará a los demás acerca de su existencia y cómo un grupo de jóvenes entusiastas en un par de meses de trabajo consiguieron lo que muchos programas de gobierno, con un presupuesto seguramente 100 veces más amplio y respaldo de medios de comunicación, no han logrado capitalizar. Esta noche todos ganaron, un simple ejercicio de relaciones públicas nos demostró el poder de nuestra sociedad cuando se une por una causa, nos mostró como un grupo de jóvenes con visión e iniciativa fungieron como enlace entre los distintos sectores de nuestra sociedad y concretaron un modelo de desarrollo que en realidad si replicara en todas las universidades del país y que involucrara a la mayoría de sectores de poder en nuestra nación, sin duda dejaríamos de ser el país del siempre "ya merito", el eterno país en vías de desarrollo.
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La participación de los jóvenes en la solución de problemas en nuestra sociedad es una semilla que rendirá un fruto llamado desarrollo social