De acuerdo con Miguel Calderón Chelius, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana Puebla, unificar el tabulador salarial solo generará más pobreza entre las familias mexicanas.

La homologación del salario mínimo en México no garantiza la mejora de las condiciones de vida en México, y por el contrario solo generará más pobreza, consideró.

El académico de la Universidad Iberoamericana insistió que homologar los salarios sólo generará pobreza y desigualdad, pese a que su finalidad debería ser la de garantizar mejores condiciones de vida.

Calderón Chelius afirmó que el salario mínimo es menor a la línea de pobreza individual, por lo que una familia no podría vivir prósperamente con los 70.10 pesos que resultan de la unificación de las zonas geográficas A y B.

Esta contención de los salarios implica generar una crisis poblacional en unos cuantos años, mucho más cerca de lo que pensamos, donde la mayor parte de la población en México va a ser vieja, pobre y enferma, no va a tener trabajo, no va a tener pensión y no va a tener acceso a sistemas de salud, es realmente una situación de crisis que debería estarse enfrentando ya.” expresó

Durante una rueda de prensa, el Observatorio de Salarios Mínimos de la Universidad Iberoamericana indicó que la homologación de los salarios en México afectará de manera grave a la población nacional, pues el aumento de los precios es superior al aumento al salario, lo que provoca que el poder adquisitivo sea menor.

Por su parte, Miguel López, coordinador de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Ibero, opinó que ver a México a través de un solo salario mínimo, “implica verlo como a un monolito, ya que no considera las diferencias regionales, ni zonas urbanas; por lo que no resolverá el problema desigual de la riqueza, sino al contrario sólo des profundizará las condiciones de desigualdad en la sociedad”, dijo.

Finalmente, el Observatorio de Salarios Mínimos de la Ibero propuso que el Gobierno Federal impulse de manera contundente una política de recuperación salarial responsable, además de que se comprometa a  aumentar su porcentaje por arriba de la inflación de manera sistemática durante los próximos 20 o 30 años.