Es bien probable, por no decir casi seguro, que muchos de nosotros está noche cenemos unos ricos y deliciosos frijoles (sin albur). Todo será risa y diversión hasta que pasen las horas, llegue el día de mañana y nuestro proceso digestivo nos haga una mala pasada.
Por mucho tiempo hemos escuchado aquello de que “comer frijoles provoca gases”, y si bien, cada organismo reacciona de forma diferente, en general esta mortífera y apestosa regla siempre se cumple.
Ahora bien, pocos saben porqué los adorados frijolitos son capaces de transformarnos en unas metralletas vivientes. Sabemos que la duda no te deja dormir, afortunadamente, un video realizado por Men’s Health nos explica en poco más de un minuto el proceso que ocurre en nuestro estomago cuando comemos frijoles.
Este alimento contiene oligosacáridos, un tipo de carbohidratos que llegan hasta el intestino grueso pues el cuerpo no cuenta con enzimas para disolverlos antes. En dicho intestino, estos carbohidratos son fermentados por bacterias intestinales, produciendo gases como hidrógeno y dióxido de carbono, que al acumularse son expulsados en forma de flatulencias. O bueno, punes para que no se lea tan feo.
Aquí el video:
Ahora que saben esto, tienen de dos sopas: Evitar comer frijoles porque “que pena andar dejando un rastro agrio de nuestra presencia”, o bien, dejar de sentir pena cuando se nos apaga el piloto, pues “es un proceso natural por el que todos pasamos”.
Sí, incluso sus amigas, novias y compañeras de la oficina que se sienten princesitas y que juran y perjuran que no hacen esas marranadas.
En fin, ¡al rato se echan unos sopecitos a mi salud!